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No lo tomes personal, pero… Esto se trata de ti!

  • Foto del escritor: William Meza
    William Meza
  • 28 mar 2024
  • 4 Min. de lectura

Vale, vamos directo al grano: ¿alguna vez has sentido que estás atrapado en un laberinto mental sin salida a la vista? Bienvenido al club. Pero ¿adivina qué? Hay una salida, y comienza con salir de tu propia cabeza y abrazar una perspectiva completamente nueva.


Sal de tu cabeza. Sal de mi cabeza. ¡Todos, simplemente salgan!

Simplemente dicho, ya es bastante difícil vivir en nuestras cabezas, ¡sal de tu cabeza y sobre todo sal de las de los demás! Puede ser tan difícil procesar nuestras experiencias de vida a través del filtro de nuestros propios pensamientos, que pueden estar manchados y obstaculizados por el diálogo interno negativo, el trauma, las mentiras que nos contamos a nosotros mismos, creencias limitantes, falta de claridad, sabiduría y madurez (ese niño interior que aún necesita crecer y sentirse seguro).

 

En el laberinto de nuestras mentes, a menudo nos encontramos atrapados en una cámara de eco de nuestros propios pensamientos y los juicios percibidos de los demás. Este diálogo interno puede ser un crítico implacable, repitiendo errores pasados, fomentando inseguridades y distorsionando nuestra autoimagen. De manera similar, las voces externas, reales o imaginadas, pueden imponer sus propias narrativas, moldeando nuestras creencias y comportamientos. El resultado es una vida vivida a la sombra de los 'y si...' y 'debería haber...'; una vida donde el verdadero potencial está encadenado por las cadenas de la auto-duda y las expectativas sociales.




La sabiduría Tolteca, tal como se encapsula en "Los Cuatro Acuerdos" de Don Miguel Ruiz, ofrece un faro de esperanza en medio de este torbellino mental. El segundo acuerdo - no te tomes nada personalmente - sirve como principio rector para liberarnos de creencias limitantes. Nos recuerda que nuestras palabras no son solo un medio de comunicación, sino una herramienta de creación, dando forma a nuestra realidad y al mundo que nos rodea. Esas palabras incluyen las palabras del diálogo interno y las voces de los demás en nuestra propia cabeza. La buena noticia, una vez más, es que con práctica creamos esta verdad, damos forma a nuestra experiencia, sanamos al llamado niño interior.


Sin embargo, el viaje hacia la libertad personal no termina con estos acuerdos. El campo de la psicología proporciona una rica variedad de teorías y prácticas que complementan las enseñanzas Toltecas. La terapia cognitivo-conductual (TCC), por ejemplo, hace eco del sentimiento de ser impecable con tu palabra al abordar las distorsiones cognitivas: esos patrones de pensamiento astutos que sesgan nuestra percepción de la realidad. Técnicas de TCC como la reestructuración cognitiva nos animan a desmantelar estas distorsiones y reconstruir nuestros pensamientos sobre una base de verdad y positividad.

 


Aquí tienes algo para reflexionar (comida para el pensamiento, tú lavas los platos):

 

La rumiación, el acto de masticar repetidamente los pensamientos, a menudo agrava nuestro encierro mental. Es un proceso cognitivo vinculado a un mayor riesgo de psicopatología, caracterizado por un pensamiento repetitivo que se siente incontrolable. Sin embargo, la psicología hoy en día ofrece una gran cantidad de estrategias para combatir esto. La atención plena, por ejemplo, nos enseña a observar nuestros pensamientos sin juzgarlos, permitiendo que pasen como nubes en el cielo. Esta práctica se alinea con el consejo Tolteca de no tomarse nada personalmente, ya que nos ayuda a desprendernos del crítico interno y de las opiniones externas que hemos interiorizado.

 

Proyectar nuestros miedos e inseguridades en los demás es otra trampa. Es un mecanismo de defensa que nos protege de enfrentar nuestras propias vulnerabilidades. Comprender las raíces de la proyección puede capacitarnos para enfrentar estas partes ocultas de nosotros mismos, fomentando el crecimiento y la autocompasión.

 

"Esto es lo que soy, soy humano, no somos perfectos."



Hace una semana o dos tuve una conversación con un amigo cercano que admitió un momento poco orgulloso de emociones desreguladas con otros y dijo, "esto es lo que soy, soy humano, no somos perfectos." Por supuesto, estuve de acuerdo y empatizé, así como me relacioné. Pero también me hizo reflexionar más profundamente, aunque no es la perfección la que define la condición humana, no podemos aceptar que nuestros momentos emocionales desregulados sean la definición de humano. La experiencia humana está llena de desafíos, pero también está llena de momentos de alegría, amor y triunfo. Reducir nuestra existencia a una serie de experiencias negativas es negar el espectro completo de lo que significa ser humano. Tenemos la capacidad de una increíble resiliencia y la habilidad de reformular nuestras experiencias. Técnicas como el énfasis de la psicología positiva en las fortalezas y virtudes pueden ayudar a cambiar el enfoque de lo que está mal a lo que es fuerte, proporcionando una contra narrativa a la a menudo sombría representación de la naturaleza humana.


Mientras navegamos por las complejidades de nuestro mundo interior y exterior, es esencial recordar que no estamos condenados a una vida confinada por nuestros pensamientos o las percepciones de los demás. Con las herramientas adecuadas y un cambio de perspectiva, podemos salir de la cámara de eco y vivir una vida de autenticidad y libertad. Es un viaje de transformación, donde aprendemos a vivir más allá de nuestras cabezas y las de los demás, abrazando la plenitud de nuestra experiencia humana.



Deberíamos desafiar algunas de las voces en nuestras cabezas, ¿por qué no cambiar la narrativa y el estándar a aquellos que aspiramos a ser? Si vamos a mentirnos a nosotros mismos, ¿por qué no contarnos una mejor mentira como sugiere el libro, en lugar de decir 'estoy condenado por mi experiencia

 

', digamos 'estoy mejorando día a día'. Así que, embarquemos en este viaje juntos, explorando las profundidades de nuestras mentes, desafiando las narrativas que nos detienen y emergiendo hacia la luz del autodescubrimiento y la conexión humana genuina. No es solo una posibilidad; es nuestro derecho de nacimiento. Vamos a reclamarlo.


 

Comparto esto contigo porque me da vida y aporta valor. Si crees que esto es útil, deja un comentario, me encantaría escuchar otras opiniones, además, compártelo con otros, puede ser el mensaje que ayude a alguien de alguna manera hoy.

 
 
 

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